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Yolanda Bedregal
ACERCA DE YOLANDA BEDREGAL

YOLANDA DE BOLIVIA

Dr.Werner Bock, Buenos Aires hacia los años 50

Entre las mujeres que escriben poesía en Sud América, entre las cuales una, Gabriela Mistral, fue distinguida con el Premio Nóbel de Literatura el año 1945, hay una serie de grandemente dotadas. Ninguna, sin embargo, alcanza la fuerza creativa, la talla y la sensibilidad que le es propia a la joven poetisa Yolanda Bedregal. Yolanda de Bolivia, como la llaman sus compatriotas, si bien es la única mujer en Bolivia miembro del PEN Club Internacional, es hasta el momento demasiado poco conocida más allá de las fronteras de su patria.

Al ser hija del conocido penalista, sociólogo y poeta, Juan Francisco Bedregal, que ostentó en dos oportunidades el rectorado de la Universidad de La Paz, gozó Yolanda de una esmerada educación que la llevó, al concluir sus estudios, a ser docente de Historia del Arte y Estética. Ella es, al mismo tiempo, una destacada escultora y profesora de modelado. Todos estos numerosos dones concedidos a esta excepcional mujer son, sin embargo superados por su talento innato a la poesía. Sin dificultad alguna, se reconoce en su poesía la capacidad creadora que es determinante para la impresionante concentración lírica y la absoluta objetividad de su expresión poética. Un sentimiento preciso para lo esencial y lo no esencial en el ritmo y la palabra la muestra en todo lo escrito por ella como una poeta de estirpe.

Todos las escalas de un alma apasionada, sentimientos maternales, fundidos con la calidez y la ternura de la mujer oscilan a lo largo de la poesía de Yolanda. El éxtasis del corazón es lo característico en toda su obra lírica sin que jamás corra el riesgo de caer en el sentimentalismo; por el contrario, siempre nace de la vivencia personal en el reino de lo que es común a todos, en la más alta realidad de lo eternamente válido.

En Yolanda fluye una inagotable fuente de dolor, pero este dolor, al ser vivido e interpretado auténticamente, brilla bellamente en su expresión poética. “No son versos”, dice la poeta en alguna de sus estrofas, “es una estrella fugaz en el cielo de mis penas.”

Yolanda Bedregal está casada con Gert Conitzer, alemán nacido en Berlin, que pertenece a los pocos emigrantes que viven en Sud Amèrica y que no sucumbieron en el torbellino de vivir y mantiene con denuedo viva la llama del espíritu.

Con un fino sentimiento de compenetración, él se ha inmerso en la obra de su esposa y ha vertido al alemán los más hermosos versos de esta lírica joven. Es así que podemos disfrutar de los poemas de Yolanda en ambos idiomas. Lo que brindamos a continuación es únicamente una pequeñísima muestra de un todo pleno y tiene como objeto convocar a muchos de nuestros lectores a familiarizarse con la creación completa de esta verdaderamente gran mujer.