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Yolanda Bedregal
ACERCA DE YOLANDA BEDREGAL

LA DANZA
UN EJEMPLO EN LA POESÍA DE YOLANDA BEDREGAL

Guadalupe Bedregal – Zaefferer
Stanford University, California, USA

Uno de los poemas más representativos de la obra de Yolanda Bedregal es, sin duda, el poema La Danza. La belleza y fuerza expresiva de las metáforas, la profundidad filosófica del pensamiento y la potencia rítmica que caracterizan la obra se plasman en La Danza de manera ejemplar.

Publicado por primera vez en Nadir (1950), el poema reaparece en 1957 en Del Mar y La Ceniza – Alegatos – Antología, un indicio del lugar preferencial que ocupa La Danza en la opinión de la autora.

Treinta estrofas de versos libres configuran esta Danza que tiene cuatro partes principales dispuestas simétricamente. Un Preludio de seis estrofas cuyo tema es el periodo previo a la Creación del Universo, dos movimientos centrales cada uno de nueve estrofas que relatan La Creación del Mundo y el Nacimiento de la Danza respectivamente y un tercer movimiento o Finale que, al igual que el Preludio, consta de seis estrofas cuyo tema es la descripción de La Danza.

PRELUDIO: EL PODER DE LA PRE-CREACIÓN: Comienza con una modificación de la primera frase del Génesis: No es El Verbo el que existía en el Principio, sino el Caos:

Era el caos del
PRINCIPIO

Esponjaba el Silencio
su nebulosa helada

En paredes de Nada
trepaba lo increado

La luz
como crisálida
se incubaba en lo oscuro

El Silencio, la Nada, lo Increado dominan la escena. Y, sin embargo, ya se anuncia un movimiento primigenio, un impulso creador que está sutilmente presente en la Nada que asciende trepando, en lo Oscuro incubando la Luz. En esta última imagen ya se sugiere un tema que será central en el poema: el de la Dinámica de los Opuestos, la Bipolaridad como principio rector de la Existencia.

Aparecen luego dos realidades fundamentales del Universo: Tiempo y Materia:

La Materia y el Tiempo
giraban
en la boca redonda de Dios

Era un cero sin límite
huevo inconmensurable
en la boca redonda

Tiempo y Materia están todavía inmersos en la Unidad Primigenia cuya imagen arquetípica es el círculo (la boca redonda de Dios)

Termina aquí el Preludio a la Creación. Todo está como esperando, preparado, maduro:

Ya Dios no soportaba
la POTENCIA REBELDE
y el
SEA
como flecha
en espiral lanzada
rompió la nebulosa

A diferencia de la concepción judeo – cristiana, Dios aquí no aparece como el Ser omnipotente que crea de la Nada en acto de propia voluntad, sino más bien como un vehículo de la Potencia Creadora, del movimiento primigenio ya presente en el Caos del Principio y que ahora pugna por adquirir forma.

Notemos que la Creación está expresada en sus categorías arquetípicas más fundamentales: El Círculo (huevo, boca redonda), arquetipo femenino y símbolo de la Unidad Primigenia y la Flecha, símbolo de Separación y arquetipo masculino por excelencia. La Flecha lanzada desde la boca redonda de Dios es el corte que separa la hasta ahora indivisa línea que da forma al Universo.

Dio cuerpo
a la Materia:
Azul el firmamento
desplegó el raso liso
Rodó el pálido ojo
de un sol amarillento
El mar nacía frío
Con un vagido verde

Un acuario de astros
inquiría sus órbitas

Pulieron las escamas
el dorso de los peces
y se ajustó el plumaje
al contorno del pájaro

Estas estrofas pintan con enorme plasticidad el comienzo de la Vida donde todo es color y movimiento. Los verbos “inquiría”, “pulieron” “ajustaron” expresan todos ellos una intención de orden, de armonía y belleza que contrasta con el Caos del Principio. En esta concepción del Génesis las creaturas participan activamente de su Creación; Los astros buscan sus órbitas, las escamas van a adornar a los peces y el plumaje se ciñe a las aves. Desde esta perspectiva se relativiza nuevamente el concepto de Dios como Creador Absoluto.

Ya están allí el cielo, el sol, los astros, los habitantes del mar y del aire. Sólo falta el Habitante de la Tierra: el Hombre

El Hombre
en parda greda
diminuto gusano
era sólo una mancha
del Universo INMÓVIL

Esta estrofa es una especie de contrapunto de las anteriores. Toma brevemente el tema del Hombre para mostrarlo increado aún, incipiente, inmóvil, contrastando con la dinámica de la vida naciente. El tema se interrumpe y continúa el relato de la Creación:

De golpe
aquel momento
se desataba el
TIEMPO
de su guarida eterna
como un caballo loco
Atravesó los ámbitos
en vértigo embriagado

A la Materia sigue otra realidad fundamental del Universo: El Tiempo, que irrumpe en la Creación por potencia propia: desatándose , es decir liberándose a sí mismo. La potencia dinámica del tiempo, expresada en la imagen del caballo loco contrasta con la inmovilidad del Hombre en la estrofa anterior. Hay un corte al final del tercer verso y la palabra TIEMPO (en mayúsculas) queda sola formando el verso siguiente. Esta exposición del tiempo subraya su carácter fundamental dentro del poema; en el Tiempo se plasma el movimiento, en el Tiempo se consumará la Danza. Las próximas estrofas preparan el nacimiento de la Danza. El Tiempo y su paso, innerva y vivifica la naturaleza, nacen el sonido, la música y el ritmo:

Allá el mar que cantaba
a su paso sonoro

Allí los astros ebrios
Desatándose en brillos
Rumor entre los árboles
que se cuajaban de hojas
Rugiendo las montañas
enhiesta cresta erguían
El viento se llenaba
los pulmones de música

Serpenteando en el aire
que elevaba su muro
el RITMO
rasgó el tiempo
como una enredadera
de ígnea nervadura

Ya están allí Espacio y Tiempo, Música y Ritmo. Para la Danza sólo falta el Hombre:
Y aquel pardo gusano
de pronto tuvo sangre
que lo transpuso entero
en cálido oleaje

El tiempo fue su látigo
el ritmo su anestésico

Y COMENZÓ LA DANZA DEL UNIVERSO ENTERO
entre orquestal preludio
de truenos y relámpagos

Aquel pardo gusano
de pronto tuvo música
de pronto tuvo lágrimas
y empezó su delirio

El primer movimiento, La Creación, culmina con el nacimiento del Hombre en la estrofa 15 que constituye la mitad geométrica del poema.

Simultáneamente con el Hombre surge la Danza. Se inicia el segundo movimiento: NACIMIENTO DE LA DANZA.
Los dos primeros versos de este movimiento, dos heptasílabos con las palabras claves látigo y anestésico , retoman el tema de la Dinámica de Opuestos como principio rector de la existencia que apareciera ya en el Preludio. Este tema se repite en la próxima estrofa (música – lágrimas) y reaparecerá en múltiples variaciones en movimiento final. El comienzo mismo de la Danza está expresado por un verso de arte mayor, un alejandrino (en mayúsculas) el cual, incrustado entre dos heptasílabos, marca un crescendo que se resuelve al final de la estrofa en “truenos y relámpagos”.

En las próximas ocho estrofas continúa el relato del Nacimiento de la Danza. Todo en ellas es movimiento, energía liberada. Las metáforas de enorme fuerza plástica dibujan casi el movimiento recorriendo el cuerpo humano:

Sobre la nota única
en el dedo del pie
saltó la Danza mágica

Se enroscó en el tobillo
reptando por los muslos
Multiplicó cabezas
en el torso iniciado
Se adelgazó en el cuello
para dar paso al éxtasis
y fue una llamarada
de sangre enardecida
sobre el tapiz del mundo
atezado en un disco

Pie, tobillo, muslo, cuello, cabeza configuran aquí una magnífica geometría de la Danza. Partiendo de un punto el movimiento asciende en espiral (se enroscó en el tobillo), se multiplica, se contrae y finalmente se expande abarcando todos los planos hasta culminar en el círculo (disco). El mundo se ha transformado en una enorme pista de baile. El Hombre es llamarada de sangre enardecida danzando delirante. De pronto, Tiempo y Materia vienen a estructurar la Danza: Música y Movimiento se oredenan en un todo. Nacen las escalas musicales y la coreografía:

El Tiempo y la Materia
desplegaron las alas
sobre esa llama viva
de sangre que danzaba

Desde la nota única
en el dedo del pie
brotaron
las escalas musicales

En una arquitectura de orquesta
cada miembro
ensayó su crescendo

En la próxima estrofa hay una transposición del movimiento al sonido y del sonido al sentimiento:

En las caderas firmes
golpearon los timbales
En el tambor del pecho
retumbó la alegría

En íntima relación con la alegría en que culmina la estrofa anterior está la estrofa siguiente cuyo tema es la expansión del sentimiento expresada en el movimiento de los brazos abiertos:

Y se abrieron
los brazos profusos
igual que el varillaje
de un abanico roto
incendiándose en ritmos
flexibles o crispados
ardiendo en
MOVIMIENTO

Abanico roto contrasta con la plenitud del movimiento de los brazos abiertos sugiriendo nuevamente la idea de la condición humana imperfecta.

Culmina esta tercera parte del poema en la palabra MOVIMIENTO que anuncia el tema central del Finale que se inicia a continuación.

DESCRIPCIÓN DE LA DANZA: Comienza con una estrofa que en el presente contexto musical bien podemos llamar stretta. Es decir aceleración del ritmo en un contrapunteo de versos de una sola palabra:

Hubo todos los gestos
en los hachones ebrios:
terror
espanto.
súplica
ternura
amor
deseo
laxitud
plenitud

Recordemos que el Hombre había sido comparado con una llama viva que danzaba. El movimiento profuso de sus brazos asemeja ahora a hachones de fuego plasmando toda la gama de la emoción humana en rítmico contrapunto de crescendos y decrescendos: La tensión que comienza con terror crece en espanto hasta culminar en suplica , comienza luego a decrecer en ternura para resolverse en amor , vuelve a crecer en deseo, decrece luego en laxitud para resolverse definitivamente en plenitud.

En la próxima estrofa la Descripción de la Danza se eleva a un nivel abstracto. El movimiento se describe ahora en término de sus dos elementos fundamentales: tiempo y espacio. La dinámica de tiempo y espacio en interacción está marcada aquí por cuatro gerundios enclíticos que logran plasmar en la palabra el ritmo de cadencia y aceleración, desplazamiento y unión que hay en la Danza:

En el cuerpo danzante
se acechaban
venciéndose
uniéndose
rompiéndose
juntándose de nuevo
el Espacio y el Tiempo

La estrofa siguiente resume la esencia de la Danza: Tiempo y Espacio en movimiento armónico (unidad magnífica) cuyo origen y centro es la cabeza humana:

El Tiempo y el Espacio
se perseguían ávidos
en unidad magnífica

Y la cabeza humana
breve botón del alma
era el eje del mundo
cuando rompió la danza

En la imagen de la cabeza humana vuelve el tema del círculo que apareciera al principio del poema, pero ya no como símbolo de la unidad primigenia indiferenciada, sino como punto de unión de alma y cuerpo y centro de ordenamiento del Universo.

Cierra el poema el tema fundamental de la Bipolaridad Existencial que se manifiesta y resuelve en La Danza:

Transverberaba el cuerpo
lo
FUGAZ
y lo
ETERNO
Brillo y sombra
No y Sí
se sucedían en la danza

Suma de los colores
Brasa y Ceniza a un tiempo
Nacimiento y Muerte simultáneos
Las células efímeras
captando eternidades

Cuando empezó la Danza
se perfumó la atmósfera
y se ciñó la túnica
polifónica
el
COSMOS

Se ha logrado finalmente la unión de los opuestos. La Bipolaridad esencial a la condición humana, desaparece y el Hombre vive en la Danza la suprema experiencia de plenitud existencial en armonía con el cosmos.