COMIENZOS DEL ARTE CRISTIANO

Publicado en La Razón el 12 de junio de 1847

Jesús fue perseguido desde que nació. Herodes hizo degollar a los niños con la esperanza de que, entre los inocentes, pereciera el Niño – Dios José y la Virgen huyeron para salvar al hijo que enseñaría la religión cristiana. Y también esta religión fue perseguida en sus comienzos Los que la practicaban, tenían que ocultarse. Es que la religión de Cristo predicaba la igualdad de todos los hombres y en ese tiempo había más esclavos que hombres libre. Los esclavos llevaban una vida miserable y al saber que todos eran hijos igualmente amados del mismo Dios; abrazaron la religión cristiana que, por lo menos, les ofrecía consuelos divinos y vida del espíritu. La doctrina de Cristo se esparció por el mundo. En Roma capital del mundo antiguo, fueron muchos los perseguidos por su nueva fe.

Como dijimos, tenía que ocultarse en corredores subterráneos que se usaban para las tumbas, eran sitios que más parecían túneles con pequeñas cámaras oscuras llamadas Catacumbas.

Allí se reunían los primeros cristianos; si los soldados romanos los encontraban, los echaban para que se los comieran las fieras en los circos.

Con una vida así, no podían realizar un arte durante los primeros siglos; más tarde, como veremos, el cristianismo dio obras de arte maravillosas.

El arte de las Catacumbas es sólo una continuación del arte romano que estaba en decadencia, es decir desmejorando. No se puede hablar de construcciones, ni de escultura en estos primeros tiempos de los cristianos. Hicieron más bien pinturas en las paredes y tumbas de esas galerías subterráneas. Pero ni a los mártires; sino escenas de la Biblia; Jonás en la boca de la ballena, Daniel en la cueva de los Leones. Cuando querían referirse a Cristo, lo hacían por medio de símbolos, o sea de figuras que significaban algo ya convenido. Así como para nosotros la bandera significa la patria; la rama de olivo, la paz; el león, la fuerza; para los cristianos, Jesús era un pastor llevando un cordero sobre los hombros, o bien, un racimo de uvas era la sangre de Cristo; las espigas su cuerpo. Algunas veces veces usaban letras griegas o peces, porque las dos primeras letras eran las iniciales de Cristo. Una paloma era símbolo del Espíritu Santo. El ancla representaba la fe, porque la religión es salvación.

Tres siglos después de la muerte de Jesús, un emperador romano llamado Constantino se convirtió al cristianismo y dio permiso para que se practicara la religión públicamente, sin esconderse en catacumbas. Desde entonces los cristianos levantaron templos, según el molde de las basílicas romanas; cubrieron las paredes de pinturas y mosaicos que representaban escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.

Los Griegos y los Romanos amaban el cuerpo humano y el desnudo. Para los cristianos era más importante la belleza del alma y casi despreciaban el cuerpo. Por eso en sus pinturas y relieves lo cubrían con vestiduras, dejando ver sólo la cara, las manos y los pies. Procuraban los artistas dar expresión de belleza y bondad al rostro.

A veces, en lugar de pintar, las figuras eran formadas por pequeños mosaicos de colores; así podían ponerse incluso en el pavimento de las iglesias sin que se destrozaran. A menudo los cuadros ya sean pintados o formados por mosaicos, tenían fondo dorado; los personajes se hacían más visibles rodeándoles de una línea negra.