DIFICULTADES CON UN DOMO
Publicado en La Razón el 13 de noviembre de 1947
Recuerden ustedes que bóveda es un trecho en forma cilíndrica o esférica; cúpula es la bóveda que cubre algunos edificios o parte de ellos, una especie de torre redonda, que se llama también domo.
Una vez se empezó a construir en Florencia una catedral. Cuando sólo faltaba el domo, murió el arquitecto, que era el único que sabía cómo había que hacerlo; no dejó ninguna indicación y la catedral se quedó por más de cien años con un enorme agujero allí donde debía ir la cúpula. Se llamó entonces a un concurso. Se prestaron muchos proyectos; unos decían que era necesario colocar una gran columna para apoyar la cúpula; otros que podría elevarse un promontorio de tierra en que se hubieran mezclado monedas de oro para que, terminada la obra, la gente ansiosa por hallar las monedas, fuera sacando la tierra.
Finalmente ganó el concurso el arquitecto Brunelesco, quien propuso hacer el domo sin usar siquiera armazón de madera. Como desconfiaron un poco de este proyecto llamaron al escultor Ghiberti para que ambos juntos realizaran el domo. Ghiberti, aunque excelente escultor, ganador del concurso para las Puertas del Paraíso, no tenía idea de la obra. Los dos recibían igual sueldo, pro el que de veras dirigía todo era Bruneleso, Quiso éste deshacerse de Ghiberti y se fingió enfermo. Pero lo único que ocurría era que el trabajo se detenía.
Entonces propuso dividir el trabajo. Las dos cosas más importantes eran los travesaños para la mampostería o trabajo de albañilería, y la cadena que debía juntar las ocho partes del domo. Cada uno haría una de estas partes del domo. Cada uno haría una de estas partes. Probaron que Ghiberti no pudo y lo despidieron.
Brunelesco terminó solo todo éxito. Este domo no se parece ni al del Panteón de Roma, ni al de Santa Sofía. Está hecho de ladrillo y tiene unos nervios o costillas sobresalientes de piedra que van desde la base hasta la punta del domo, dividiéndolo en ocho partes o lados; de modo que no es redondo y liso como la mayoría. Además tiene en la parte superior una torrecita llamada linterna aunque no haya dentro ninguna luz.
Es casi un misterio como pudo construirse semejante domo sin ninguna armazón de madera. Todavía se lo divisa sobre los techos de Florencia, y da su nombre a toda catedral hay una estatua de Brunelesco, sentado, mirando la cúpula y teniendo en sus rodillas los planos de su obra.
Brunelesco fue el primer arquitecto del Renacimiento. Estudió cuidadosamente las obras antiguas de los Romanos y empezó a aplicar los elementos griegos y romanos en el nuevo sistema de construcción. Otra vez veremos las cualidades y defectos de estas construcciones y cómo se desarrollaron en Italia y en otros países.
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