GRANADA
Y se me dio en el alma
por dentro, como un beso.
Me vino desflecada
con sus cabellos de agua
sobre el hombro pulido
de la Sierra Nevada.
Un halo de campanas
la anunciaban sumida
entre olorosa vega.
Sandalias de arrayán,
cinturón de palmeras
la vi entre polvo de agua
milenaria y actual.
Y se me dio en el alma
por dentro, como un beso.
Tramontando los Andes
océanos y llanuras
vine a buscar Granada
como se busca un sueño
emergiendo en el mar
de un mapa que no es.
Tenía en sus facetas
como una rara joya
aristas de Fenicia
de Cartago, de Iberia.
Peana de olivares…
Así, gris y mojada
la palpé y era fina
cuerpo de Lindaraxa…
Hoy día se me ha dado
Carúmenes, campanas, agua,
Jardines, sol, fuentes…
(11 de noviembre de 1950)
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