NADIR (1950)
ASÍ LA TIERRA
De la mano del ángel más humilde
viene a mi labio la canción de cuna
y se vierte en mi voz limpia y sencilla
como un pañal de lino sin arrugas.
Pálida ondula la tonada y mece
un ancestral resabio que modula
el eco de visiones intuidas
y el son arrepentido de la duda.
La curva de los ojos infantiles,
barquitos bajo tenue medialuna,
no teme la tormenta embravecida
cuando los baña la canción de cuna.
Recojo en el mandil del tiempo nuevo
la sílaba pueril, y su dulzura
se me antoja, por leve y por sumisa,
celaje desgranando en tierna lluvia.
Tan íntimo, tan simple balbuceo
es sombra apenas de lejana música,
y me parece que la tierra madre
así, en su vientre, a la semilla acuna.
|