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Yolanda Bedregal
OBRA - POESIA - NADIR

NADIR (1950)

LA DANZA

Era el caos del
PRINCIPIO

Esponjaba el Silencio
su nebulosa helada

En paredes de Nada
trepaba lo increado

La luz
como crisálida
se incubaba en lo oscuro

La Materia y el Tiempo
giraban
en la boca redonda de Dios

Era un cero sin límite
huevo inconmensurable
en la Boca redonda

Ya Dios no soportaba l
a POTENCIA REBELDE
y el
SEA
como flecha
en espiral lanzada
rompió la nebulosa

Dio cuerpo
a la Materia
Azul el firmamento
desplegó el raso liso
Rodó el pálido ojo
de un sol amarillento
El mar nacía frío
con un vagido verde

Un acuario de astros
inquiría sus órbitas

Pulieron las escamas
el dorso de los peces
y se ajustó el plumaje
al contorno del pájaro

El Hombre
en parda greda
diminuto gusano
era sólo una mancha
del Universo INMOVIL

De golpe
aquel momento
se desataba el
TIEMPO
de su guarida eterna
como un caballo loco
atravesó los ámbitos
en vértigo embriagado

Allá el mar que cantaba
a su paso sonoro

Allí los astros ebrios
desatándose en brillos
Rumor entre los árboles
que se cuajaban de hojas
rugiendo las montañas
enhiesta cresta erguían
El viento se llenaba
los pulmones de música

Serpenteando en el aire
que elevaba su muro
el RITMO
rasgó el tiempo
como una enredadera
de ígnea nervadura

Y aquel pardo gusano
de pronto tuvo sangre
que lo transpuso entero
en cálido oleaje

El tiempo fue su látigo
el ritmo su anestésico
Y COMENZO LA DANZA DEL UNIVERSO ENTERO
entre orquestal preludio
de truenos y relámpagos

Aquel pardo gusano
de pronto tuvo música
de pronto tuvo lágrimas
y empezó su delirio

Sobre la nota única
en el dedo del pie
saltó la Danza mágica

Se enroscó en el tobillo
reptando por los muslos
Multiplicó cabezas
en el torso iniciado
Se adelgazó en el cuello
para dar paso al éxtasis
y fue una llamarada
de sangre enardecida
sobre el tapiz del mundo
atesado en un disco

El Tiempo y la Materia
desplegaron las alas
sobre esa llama viva
de sangre que danzaba

Desde la nota única
en el dedo del pie
brotaron
las escalas musicales

En una arquitectura de orquesta
cada miembro
ensayó su crescendo

En las caderas firmes
golpearon los timbales
En el tambor del pecho
retumbó la alegría

Y se abrieron
los brazos profusos
igual que el varillaje
de un abanico roto
incendiándose en ritmos
flexibles o crispados
ardiendo en
MOVIMIENTO

Hubo todos los gestos
en los hachones ebrios
terror espanto súplica ternura
amor deseo laxitud plenitud

En el cuerpo danzante
se acechaban
venciéndose uniéndose rompiéndose
juntándose de nuevo
el Espacio y el Tiempo

El Tiempo y el Espacio
se perseguían ávidos
en unidad magnífica

Y la cabeza humana
breve botón del alma
era el eje del mundo
cuando rompió la danza

Transverberaba el cuerpo
Lo FUGAZ y lo ETERNO
Brillo y Sombra
No y Sí
se sucedían en la danza

Suma de los colores
Braza y Ceniza a un tiempo
Nacimiento y Muerte simultáneos
las células efímeras captando eternidades

Cuando empezó la Danza
se perfumó la atmósfera
y se ciñó la túnica
polifónica
el COSMOS